In 2024, the Special Services Docket (SSD) achieved remarkable success in its mission to support individuals affected by mental illness, substance use disorders, and homelessness who have committed low-level municipal offenses. Operating in partnership with the City of Tulsa, this program offers participants an opportunity to avoid jail time or fines in favor of a more rehabilitative approach. Instead of facing incarceration, individuals are paired with case managers to receive the help and support they need to address the underlying causes of their offenses. In doing so, the SSD program not only aids individuals but also contributes to the overall well-being of the community.
We are excited to report that 116 SSD participants graduated from the program last year. These individuals, many of whom had faced chronic homelessness or struggled with addiction and mental health issues, were able to complete the program and work toward a more stable future. The program offers participants a structured six-month course, during which they receive case management services that support their goals to address mental health or substance use struggles, find gainful employment or secure stable housing. Then, upon completion, graduates can have their charges dismissed, their fees and fines suspended, and, in some cases, their records expunged. These outcomes allow individuals to pursue employment and housing opportunities more freely, contributing to their reintegration into society – outcomes that benefit everyone.
On average, 84% of the graduates do not go on to re-offend.
This is a notable accomplishment, especially considering that the program serves individuals with complex needs, such as mental illness and substance abuse disorders. By addressing these underlying issues and providing participants with tools to rebuild their lives, the SSD helps to prevent further involvement in the criminal justice system.
The positive effects of the SSD go far beyond individual success stories. For instance, one graduate, who had experienced homelessness for more than a decade, entered the SSD program after being charged with larceny. These offenses had followed her throughout her life, creating significant barriers to employment, housing and even the ability to maintain visitation with her children. However, through her commitment to change and the support provided by the SSD team, she was able to graduate, expunge her record, secure full-time employment and stabilize her housing situation. Her journey exemplifies the transformative power of the SSD program and its potential to help individuals regain control of their lives.
In addition to the personal success stories, the SSD program has delivered substantial financial benefits to the City of Tulsa. In 2024, the program resulted in approximately $284,000 in fines and fees waived, and 3,103 jail days were avoided by graduates.
These efforts saved the City of Tulsa – and ultimately the taxpayers – $579,765, a significant increase of $342,271 from the previous year.
These savings highlight the cost-effectiveness of the SSD program compared to traditional criminal prosecution and incarceration, which often carries higher costs for the city and taxpayers. A study published by the National Institute for Health (NIH) supports this.
The value of diversion programs like the SSD isn’t just monetary. These programs prioritize rehabilitation over punishment, focusing on helping individuals address the root causes of their criminal behavior. This approach not only helps participants create better lives for themselves but also fosters a safer and more stable community. When individuals can access the resources they need to improve their mental health, address substance use, secure housing and gain employment, they are better positioned to contribute positively to society. This, in turn, reduces the likelihood of future offenses and strengthens the overall fabric of the community.
Diversion programs are essential in reducing the stigma associated with criminal convictions. By offering an alternative to jail time, participants can avoid having a criminal record that might otherwise prevent them from securing employment or housing. This not only helps individuals regain their independence but also enables them to participate fully in society without the burden of a conviction following them.
Diversion programs also play a critical role in early intervention. By intervening with individuals who have committed low-level offenses, these programs prevent minor infractions from escalating into more serious criminal behavior. Addressing issues like addiction, homelessness and mental health early on allows individuals to receive the support they need before their situations worsen, ultimately contributing to long-term community safety.
Because of the results we’ve experienced and the data that supports these efforts, we are so excited to enter our 11th year of the Special Services Docket program and continue providing an alternative to incarceration and help more Tulsans become successfully engaged in the community.
The 2024 Special Services Docket successes couldn’t have happened without the generous funding from Hardesty Family Foundation, Oklahoma Bar Foundation and Tulsa Area United Way.
¡El expediente de servicios especiales tuvo 116 graduados en 2024! Los programas de desvío nos benefician a todos.
En 2024, el Expediente de Servicios Especiales (SSD, por sus siglas en inglés) logró un éxito notable en su misión de apoyar a las personas afectadas por enfermedades mentales, trastornos por uso de sustancias y personas sin hogar que han cometido delitos municipales de bajo nivel. Operando en asociación con la ciudad de Tulsa, este programa ofrece a los participantes la oportunidad de evitar la cárcel o las multas en favor de un enfoque más rehabilitador. En lugar de enfrentar el encarcelamiento, las personas se emparejan con administradores de casos para recibir la ayuda y el apoyo que necesitan para abordar las causas subyacentes de sus delitos. Al hacerlo, el programa SSD no solo ayuda a las personas, sino que también contribuye al bienestar general de la comunidad.
Nos complace informar que 116 participantes de SSD se graduaron del programa el año pasado. Estas personas, muchas de las cuales se habían enfrentado a la falta de vivienda crónica o luchaban contra la adicción y los problemas de salud mental, pudieron completar el programa y trabajar hacia un futuro más estable. El programa ofrece a los participantes un curso estructurado de seis meses, durante el cual reciben servicios de gestión de casos que respaldan sus objetivos para abordar los problemas de salud mental o uso de sustancias, encontrar un empleo remunerado o asegurar una vivienda estable. Luego, al finalizar, los graduados pueden tener sus cargos desestimados, sus tarifas y multas suspendidas y, en algunos casos, sus registros eliminados. Estos resultados permiten a las personas buscar oportunidades de empleo y vivienda con mayor libertad, contribuyendo a su reintegración en la sociedad, resultados que benefician a todos.
En promedio, el 84% de los graduados no vuelven a delinquir.
Este es un logro notable, especialmente considerando que el programa atiende a personas con necesidades complejas, como enfermedades mentales y trastornos por abuso de sustancias. Al abordar estos problemas subyacentes y proporcionar a los participantes herramientas para reconstruir sus vidas, el SSD ayuda a prevenir una mayor participación en el sistema de justicia penal.
Los efectos positivos de la SSD van mucho más allá de las historias de éxito individuales. Por ejemplo, un graduado, que había experimentado la falta de vivienda durante más de una década, ingresó al programa SSD después de ser acusado de hurto. Estos delitos la habían perseguido a lo largo de su vida, creando barreras significativas para el empleo, la vivienda e incluso la capacidad de mantener las visitas con sus hijos. Sin embargo, gracias a su compromiso con el cambio y el apoyo brindado por el equipo de SSD, pudo graduarse, borrar su historial, obtener un empleo a tiempo completo y estabilizar su situación de vivienda. Su trayectoria ejemplifica el poder transformador del programa SSD y su potencial para ayudar a las personas a recuperar el control de sus vidas.
Además de las historias de éxito personal, el programa SSD ha brindado beneficios financieros sustanciales a la ciudad de Tulsa. En 2024, el programa resultó en aproximadamente $284,000 en multas y tarifas condonadas, y los graduados evitaron 3,103 días de cárcel.
Estos esfuerzos le ahorraron a la ciudad de Tulsa, y en última instancia a los contribuyentes, $579,765, un aumento significativo de $342,271 con respecto al año anterior.
Estos ahorros resaltan la rentabilidad del programa SSD en comparación con el enjuiciamiento penal y el encarcelamiento tradicionales, que a menudo conllevan costos más altos para la ciudad y los contribuyentes. Un estudio publicado por el Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) lo avala.
El valor de los programas de desvío como el SSD no es solo monetario. Estos programas priorizan la rehabilitación sobre el castigo, centrándose en ayudar a las personas a abordar las causas fundamentales de su comportamiento delictivo. Este enfoque no solo ayuda a los participantes a crear una vida mejor para sí mismos, sino que también fomenta una comunidad más segura y estable. Cuando las personas pueden acceder a los recursos que necesitan para mejorar su salud mental, abordar el consumo de sustancias, asegurar una vivienda y obtener empleo, están mejor posicionadas para contribuir positivamente a la sociedad. Esto, a su vez, reduce la probabilidad de futuros delitos y fortalece el tejido general de la comunidad.
Los programas de desvío son esenciales para reducir el estigma asociado con las condenas penales. Al ofrecer una alternativa a la cárcel, los participantes pueden evitar tener antecedentes penales que, de otro modo, les impedirían obtener empleo o vivienda. Esto no sólo ayuda a las personas a recuperar su independencia, sino que también les permite participar plenamente en la sociedad sin la carga de una condena que las persigue.
Los programas de desvío también juegan un papel crítico en la intervención temprana. Al intervenir con personas que han cometido delitos de bajo nivel, estos programas evitan que las infracciones menores se conviertan en un comportamiento delictivo más grave. Abordar problemas como la adicción, la falta de vivienda y la salud mental desde el principio permite a las personas recibir el apoyo que necesitan antes de que su situación empeore, lo que en última instancia contribuye a la seguridad de la comunidad a largo plazo.
Debido a los resultados que hemos experimentado y los datos que respaldan estos esfuerzos, estamos muy emocionados de ingresar a nuestro 11º año del programa de Expedientes de Servicios Especiales y continuar brindando una alternativa al encarcelamiento y ayudar a que más habitantes de Tulsa se involucren con éxito en la comunidad.
Los éxitos de los Expedientes de Servicios Especiales de 2024 no podrían haber ocurrido sin la generosa financiación de Hardesty Family Foundation, Oklahoma Bar Foundation y Tulsa Area United Way.